Sobre nosotros

El Hogar de Mayores Virgen de Candelaria, perteneciente a INVERSIONES GERIÁTRICAS, SLU. , orienta sus Servicios y Programas a las Personas Mayores Dependientes (Grado II y III). Como el mismo nombre indica, se trata de un Servicio Residencial Integral, que se organiza y estructura en los Servicios y Programas necesarios para orientar una visión cercana y natural del proceso de envejecimiento, dirigida al Desarrollo Integral a través del Modelo Biopsicosocial.

No obstante, consideramos importante destacar una serie de características que ayudará a contextualizar la misión y los valores en los que desarrolla su Intervención el Hogar. Para comenzar con ello queremos destacar esta cita:

"Cuándo la vida declina y todas las pasiones turbulentas se apaciguan, entonces llegan los días ricos, los más calmos, los más felices de todos".

(Paul Whitman, Hojas de hierba)

Hablar de envejecimiento puede sugerirnos inmediatamente significados negativos o de pérdida de cuestiones que durante los años jóvenes se han tenido. Sin embargo, hablar de envejecimiento o de un "buen envejecer" es posible y es la apuesta clara por la que opta El Hogar de Mayores Virgen de Candelaria.

En este sentido si por envejecimiento sólo se entienden procesos involutivos, los de deterioro o declinar, entonces, por definición, no puede haber un "buen" envejecer: todo envejecer es "malo" indeseable; es un mal, semejante tan sólo a la muerte. Bajo este punto de vista no hay envejecer apetecible. Pero el envejecimiento esconde o implica también procesos de desarrollo, de cambio, de conservación y hasta acrecentamiento de lo alcanzado. El envejecimiento tiene o puede tener aspectos buenos, de bienestar, de "bien ser" e incluso de "más ser" como hubiera dicho Teilhard (1965).

La posibilidad de una vejez apetecible, desde luego, está inscrita en los anhelos más hondos e irrenunciables del ser humano. Se trata de un anhelo de naturaleza ética, pertinente a la dignidad de la persona. El filósofo E. Bloch (1959, cap.9) lo ha reflejado así en su profundo análisis de la esperanza humana, cuando destaca y razona que hacerse viejo y vieja puede significar una imagen deseable, un horizonte de esperanza. Otros autores como Dleuze y Guattari (1991) comentan que algunas veces "la vejez otorga, no una juventud eterna, sino una libertad soberana, una necesidad pura en la que se goza de un momento de gracia entre la vida y la muerte".

Desde El Hogar, entendemos que la característica más sobresaliente de este período vital es la fragilidad en la salud, que implica necesidades específicas de cuidado, lo que coloca a estas personas envejecidas en una situación de especial dependencia y vulnerabilidad. La atención más conveniente que se les ha de ofrecer no parece que sea la mera curación de sus afecciones físicas y/o psicológicas, a menudo, irreversibles, sino que es preciso proporcionarles unos cuidados integrales, desde un enfoque más completo y global que parta del respeto de los deseos de cada uno/a.

Por ello el Modelo de Intervención del Hogar apuesta porque el trabajo con personas mayores dependientes, sea un trabajo centrado en la persona más que en su enfermedad, carencias o pérdidas. Desde este punto de vista, creemos, que toda persona, al margen de su situación o edad, es poseedora de unos valores y de unas capacidades que -en nuestro caso- será necesario conservar y mantener el mayor tiempo posible activos y generadores de conductas independientes.

Todos/as tenemos claro que lo ideal, sería envejecer en nuestra propia casa rodeados/as de nuestros familiares más cercanos o de aquellas personas que han compartido buena parte de la vida con nosotros. En el Hogar de Mayores queremos aportar un Escenario de Continuidad de esta realidad: "envejecer en la propia casa". Ahora bien, es necesario dotar al Servicio Residencial, de todo lo necesario para que esa atención o intervención esté enfocada en conseguir mejorar y/o mantener ( o paliar en los casos más irreversibles) la autonomía e independencia de las personas que conviven en ella. Desde este punto de vista, y teniendo siempre claro el carácter de "Hogar propio", dónde la familia, la acogida y el sentimiento de pertenencia son los más importante; el Hogar quiere y persigue una Intervención con la Persona Mayor Dependiente que atienda a cada persona en su individualidad, pero de una manera global e integral sin olvidar ninguna dimensión del ser humano.

Para que sea un modelo centrado en la persona y no así en las carencias o enfermedades, habrá de atender a la globalidad de la persona, a través de diferentes programas que perseguirán mejorar -en la medida de lo posible-, o mantener la autonomía e independencia de estas personas que envejecen en su casa.

El Hogar de Mayores Virgen de Candelaria, está ubicado en el Municipio de Santa Cruz de Tenerife, en el Área Metropolitana de la Isla. Concretamente en la Carretera Santa Cruz-La Laguna, nº 74 , Tfno. 922.643.939.

El Centro cuenta con una buena ubicación respecto a comunicaciones y medios de transporte, debido a que está ubicado en el Área Metropolitana y en la carretera general que une a dos municipios: Santa Cruz de Tenerife y San Cristóbal de la Laguna.

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